El peso ha sufrido una fuerte depreciación frente al dólar en las últimas semanas. El 20 de septiembre pasado el tipo de cambio cerró en un máximo histórico de 19.8 pesos por dólar, y en ventanillas bancarias en 20 pesos.
A lo largo del año han sido varios los factores que han motivado la caída del peso frente al dólar como los precios del petróleo o la posibilidad de que el candidato republicano, Donald Trump, llegue a la presidencia de Estados Unidos.
Uno de sus principales impactos es sobre la inflación, ya que un dólar más caro afecta el precio de productos importados pero también genera presión para varias empresas que utilizan componentes de otros países en sus procesos, lo que en ocasiones se traduce en un alza en el monto que pagan los consumidores.
Ante la fuerte volatilidad, existen muchos mitos o concepciones equivocadas en torno a la forma en que funciona el tipo de cambio. Estos son algunos de ellos.
1. “El peso se devalúa”
Desde diciembre de 1994, el tipo de cambio opera en un régimen de libre flotación,
por lo que se determina libremente por las fuerzas del mercado sin la intervención de las autoridades.
A partir de esa fecha los términos correctos para referirse al movimiento del peso frente al dólar es “se deprecia” o “se aprecia”. El término “devalúa” corresponde a momentos en los que un Gobierno provoca que el valor de la moneda disminuya deliberadamente, lo que ya no sucede en México.
Por ello, el comportamiento de la moneda responde a distintos eventos como la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea o los movimientos en los precios internacionales del petróleo.
2. “Es por Estados Unidos”
El comportamiento del peso ha respondido a distintos eventos en lo que va del año, no solo a lo que sucede en el vecino país del norte.
“En el verano, después del Brexit (la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea), tuvimos una fuerte caída en la aversión al riesgo, este comportamiento en el que los inversionistas venden los activos de los mercados emergentes”, dice Iván Martínez, economista senior de BBVA Bancomer.
Tras el Brexit, el peso respondió al movimiento en los precios del petróleo pero a finales de agosto, la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed), el Banco Central estadounidense, elevara las tasas de interés volvió a tomar los reflectores.
Los movimientos de la Fed tienen un impacto porque al elevar las tasas de interés hace más atractivos los activos estadounidenses, por lo que los inversionistas abandonan a países emergentes como México o Brasil,e impactan sus monedas.
Sin embargo, a partir del 11 de septiembre el factor Donald Trump, y la posibilidad de que llegue a la Casa Blanca, emergió como la principal razón detrás de la depreciación del peso.
Los movimientos en el peso también obedecen a que la moneda es utilizada más allá de las fronteras de México en los mercados internacionales. Es la décima divisa más intercambiada en el mundo con un volumen de 122,000 millones de dólares diarios, de los cuales solo 20,000 millones de dólares son intercambiados en México.
Por ello, los inversionistas también impactan al tipo de cambio. “Todos buscan posiciones largas sobre el dólar (apostar a que va a subir de precio más adelante)”, dice George Lei, especialista de Bloomberg Intelligence.
“La mayoría de la gente afuera del centro no compra pesos en este momento ni incrementa su participación en pesos”.
También hay factores internos que afectan a la moneda como los niveles de la deuda pública y la presión sobre las finanzas públicas.
3. “Y nadie hace nada”
Ante la fuerte depreciación del peso, el Banco de México (Banxico), la institución encargada de mantener a raya a la inflación en el país, ha elevado la tasa de interés de referencia en dos ocasiones en este año hasta el nivel actual de 4.25%.
La tasa de interés es el precio que se paga por pedir dinero prestado. Por ello, cuando los inversionistas buscan dónde colocar su dinero observan la tasa que pagan los diferentes países. Al elevar la tasa de interés, Banxico hace más atractivos los activos financieros en el país.
Al evitar una salida de los inversionistas extranjeros se evita una mayor presión sobre el tipo de cambio, y así se previene un golpe a la inflación, que hasta la primera mitad de septiembre se ubicó en 2.88%, acuerdo con cifras del INEGI.
Por ello, el mercado está a la expectativa de la decisión que tomará Banxico el 29 de septiembre. Los analistas de BBVA Bancomer esperan un alza en la tasa de interés de 50 puntos base mientras que los de Banamex prevén un aumento de 75 puntos base.
Hasta febrero de este año, Banxico vendía dólares en el mercado en subastas bajo ciertas reglas. Sin embargo, a partir de ese mes puede intervenir de forma discrecional.
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