Si eres aficionado al ‘running‘ seguro que alguna vez te habrás enfrentado a un punzante dolor que te inmoviliza: los calambres. De hecho, la RAE los define como “contracción involuntaria y dolorosa de un músculo que dura poco tiempo”. Estas insoportables molestias se producen cuando las fibras musculares se contraen y se tensan, resultando muy complejo y doloroso relajarlas. Lo más normal es que se produzcan en los cuádriceps o gemelos, pero también pueden desarrollarse en los brazos o el torso.
Los conocidos como ‘calambres’ tienen lugar cuando la musculatura se sobrecarga, por lo que resulta fundamental para evitarlos estirar tanto antes como después de hacer deporte. Las piernas son un elemento clave en la carrera y resulta de especial importancia trabajarlas para que no se produzcan lesiones o molestias como las anteriormente comentadas.
Los ejercicios de estiramientos más utilizados para prevenir o calmar los calambres son los que, con el talón del pie apoyado en el suelo, levantan los dedos hacia arriba dejando el pie en un ángulo de unos 45 grados. De esta manera, los espasmos involuntarios que generan los calambres se reducen y es más probable que el dolor vaya remitiendo poco a poco. También ayuda ponerse a caminar para que los músculos tiendan a destensarse.
Además, una correcta hidratación ayuda a mantener a los calambres alejados. Si los músculos no ‘tienen sed’ será más difícil que se tensen hasta el punto de generar dolor. Cuando salgas a hacer ‘running’, asegúrate de beber agua antes, durante y después de la carrera. Si ingieres bebidas isotónicas contribuirás a que las sales minerales de tu organismo no bajen sus niveles.
Como consejos a tener en cuenta para no sufrir calambres también se incluye elegir un calzado correcto para el tipo de carrera que vamos a realizar –es importante que amortigüe el golpe de la pisada– y consumir alimentos ricos en potasio y magnesio –como, por ejemplo, los frutos secos, los plátanos o las legumbres–.
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